miércoles, 21 de abril de 2010

Ayer...


Me lié... digamos que la manta a la cabeza...

Me fumé... pongamos que el polen de esta puta primavera..

Me olvidé... de la vida por un rato, sin pensar siquiera, que avanzando por la vida de puntillas, vendía mi quizás, el aún, tu todavía...

Caí... en el redil de mis vicios, me propuse... como virgen de mi propio sacrificio...

Eché... sal a mis heridas, azúcar a mis hipoglucemias suicidas...

Calmé... con vinagre mi sed, me tapé los ojos para poder ver...

Y así, me fue pasando el día, así, me fue violando la noche, entre ruidos de sirenas que gritaban desde los coches...

Así... me rendí al cansancio, entre sudor y u n calor que no calmaba...
A golpe de nudillos desangrados contra el gotelé...
Vencida por la ausencia de valor... Por el peso del recuerdo...
Derrotada por el grito que se ahoga en mi garganta... El grito del silencio