martes, 22 de diciembre de 2009

A mi luz...

Hoy no hay foto, sólo recuerdos, sensaciones, sentimientos...

Cuánta falta me haces. Sabes? Cada día te recuerdo, cada día te extraño, te necesito, y te hablo en silencio. Sé que me escuchas, que me guías con tu luz, que nunca he dejado de ver; siento que sigues a mi lado, intentando mostrarme el camino correcto, pero es tan dificil...

A veces sueño con aquellos años en los que estabas aquí, y la nostalgia se apodera de mí, me aprisiona... Recuerdo tu olor, y necesito volver a olerlo, volver a oler esa mezcla de tabaco y serrín, a madera seca... Recuerdo tu voz, cuando me reprendías por no atender a tus explicaciones, por desarmarte, por romper tu coraza con una sonrisa y un beso en la mejilla, porque sabía que yo era tu debilidad, tu niña...

"No se le dan las matemáticas a Filomena, aún me va a salir de letras..." "A ver Dolores, de qué te me quejas hoy?"

Recuerdo momentos concretos, cuando me llevabas a nadar contigo,abrazada a tu espalda y nos perdíamos en las olas de la ría. Recuerdo el olor a chocolate, el olor del taller donde trabajabas, y yo iba a buscarte por la noche cuando la abuela me decía coge la linterna y ve por el abuelo, que le hará ilusión que vayas tú, y yo iba, en ese pequeño espacio que separaba la casa del taller yo sentía miedo a la oscuridad, a los ruídos de las hojas, de los grillos, a los ladridos de los perros... Pero me recompensaba cuando te veía allí sentado, en tu taburete, dibujando planos a lápiz (rojo o verde) en medio de tu desorden organizado, y al verte sentía que nada de lo que hubiese allí fuera podría conmigo, porque estaba contigo. Recuerdo tu olor, si, pero hay veces que no recuerdo tu cara, y necesito ver tu foto para recordarte, y eso me angustia, por eso estás en mi mesilla de noche, para ser lo último que veo al acostarme, y lo primero al levantarme; para recordar tu cara...

Revivo cada momento, el acompañarte a guardar las ovejas, la cara de enfado que intentabas poner cuando yo convencía a la abuela para que se volviera mi cómplice de juegos, para que me consintiera todo, cuando ella aún era feliz. Los días de merienda en mantas en el campo, las recogidas de frutas, de castañas y nueces, de paseos a caballo gracias al vecino, entrar en tu rincón especial dónde escuchabas música en tu sofá, me encantaba sentarme allí acurrucada a tí (gracias a eso hoy me sé un amplio repertorio de música de tu época jaja), cuando me regalabas libros, como pequeños tesoros, a tí te debo mi amor a la lectura; recuerdo el ir a dormir la siesta contigo y ver que hacías que te enfadabas "no se puede dormir ni la siesta con usted en casa o qué?" Pero me abrazabas y te pillaba sonriendo. Las navidades en casa, las cenas en las que éramos gente y gente y gente... (Y yo el juguete para qué negarlo jaja).

Hoy he crecido, ya son muchos días sin tí, aún te veo como la última vez que te vi, y me dijiste "cuídate niña", no sé si he sabido ser lo que esperabas de mí, y eso es una carga en mi espalda que en ocasiones se me hace insoportable. La gente me dice que soy tu vivo retrato, que te ven en mis ojos, en mis gestos, en mis manías... Y yo me siento orgullosa, y a la vez temerosa, porque sé que no estoy a la altura.

Te he sentido cerca en los malos momentos, te tengo presente en los buenos, sólo espero que allá donde estés estés orgulloso de mí, comprendas mis decisiones, tantas veces equivocadas. Que aunque haya pasado el tiempo, aunque crecido, para tí siga siendo tu Filomena... Tu Dolores... Tu niña.

1 comentario:

AdIvInA aDiViNaNzA... dijo...

recuerdos bonitos, sensaciones lejanas aún vivas... la viva imagen de la nostalgia perfectamente plasmado desde un punto de vista enternecedor y para nada negativo. me encanta.